Es una propuesta de arte que disemina por el mundo flores de quinua en diferentes versiones, digitales e impresas, con la intención de compartir belleza en la variación de sus formas y colores, como un simil de las vivencias del alma humana.
Esta versión digital ha sido generada a partir de una macro-fotografía a una flor de quinua. Estas flores son muy pequeñas (de uno a tres milímetros) y las hay en varios colores.
El germen de esta propuesta artística se inició con EPIFANÍAS libro-arte en el que considero a los elementos de la naturaleza y sus propiedades reconstituyentes. Está en Yaku, agua en lemniskata por la que transitan dos niños, hermanos cósmicos, miniatura que invita a un baño de florecimiento. Las flores de quinua se amplían y lucen sus formas al dispersarse por el aire, como estampas que intervienen el espacio libre que hay entre los niños que también se ampliaron y al fin se miran frente a frente, al desplegar la página (8 en 1). La variedad de colores de estas flores van en eco a las experiencias anímicas personales y en resonancia con unos versos del Amauta José María Arguedas.
Para el solsticio de diciembre del 2019, inspirada en ellas, propuse una acción participativa, CIEN FLORES ESTRELLAS una invitación abierta a interpretarlas libremente y conformar juntos un mural portable.
Esta obra digital es la que eventualmente participa en propuestas de exhibición virtuales e impresas. Y es parte de las colecciones de Green Tea A2 Art Studio en Alemania, Saul López NJ, EEUU, Nair y Nap, Perú y fue expuesta en la galería Ulmacarisa en Madrid, España.
Hoy, esta flor en tres versiones recientes estará en la exposición de fin de año de Xavier A Souza de Brasil y en Alemania, gracias a la exhibición e intercambio de la artista Robelis Rodríguez en Düsseldorf.