Quisiera que la vieran como metáfora del renacer. Ella estaba hecha, y por cuenta propia entró en retirada. En una cápsula vital de espacio y tiempo. Concentración necesaria, previa a un nuevo impulso. Contención sentida en el gesto de su cuerpo. Encuentros consigo misma, por el doble cruce de brazos y piernas. Ahora, los fines que la allegan al exterior se recogen. Pero, un pie juguetea con peripecia e intención, mostrando su pequeña ala. La aparente quietud vibra en movimiento. Importa el aire. El centro se configura en ritmos; primero, trazos helicoidales -propios al interior de un huevo- luego, elipses y curvas más libres. A la vista lo no perfecto. Los brazos un poco aplanados quieren destacar el dibujo. Concilio de tonos, para que por transparencia ella siguiera, y el nido cobrara protagonismo. También ahí, circula el aire, y entre sus cabellos polytropos, se entretejen pensamientos… Hermaion, hallazgo afortunado. Preparando su estrategia, permeando dentro de sí el mensaje de los dioses.